Los dientes de leche, fuente de células madre

Los dientes de leche, fuente de células madre

Los dientes de leche, fuente de células madre

Las células madre son las aquellas que dan origen a todos los tejidos y órganos del cuerpo, tales como el corazón, hígado, cerebro y la piel. Dichas células, en condiciones controladas, pueden desarrollar diferentes tipos de tejidos y hasta reparar el sistema inmunológico. Estudios recientes han demostrado que las células dentales, a diferencia de otro tipo de células madre, se multiplican muy rápidamente, pueden diferenciarse en varios tipos de células y desarrollar múltiples tipos de tejidos.

Es por esto que los dientes son una fuente multipotencial de células madre que se pueden convertir en huesos, piel, músculos, células cardíacas y células nerviosas. Las células madre dentales tienen la posibilidad de ser utilizadas incluso por familiares del paciente y pueden llegar a tratar lesiones hepáticas, regenerar nuevas córneas, ayudar en cirugías reconstructivas y tratar problemas del corazón, entre otros padecimientos.

La terapia con células madre trata enfermedades reemplazando a las células enfermas y disfuncionales por células saludables y funcionales. No eliminando los síntomas pero curando la enfermedad. La terapia con estas células puede ofrecer un remedio a condiciones tales como: mal de Parkinson, Alzheimer, Diabetes, lesiones hepáticas, lesiones de médula espinal, esclerosis múltiple y enfermedades crónico degenerativas, artritis y lesiones en las articulaciones, algunos tipos de cáncer, lesiones en los huesos, reconstrucción de dientes y tejido periodontal, infartos y otras enfermedades cardíacas, producción de piel nueva en quemaduras graves, y producción de nuevas córneas.

Para que la terapia de células madre funcione es importante que la fuente de dichas células sea compatible con el huésped. Cuando se realiza el trasplante autólogo, es decir, de un mismo individuo, no se presentan reacciones inmunológicas ni rechazo de células en los tejidos, no se necesita tratamiento de inmunosupresión acompañado de múltiples medicamentos y se reduce significativamente el riesgo de contraer enfermedades contagiosas.

Un estudio publicado por The Journal of Dental Research demuestra que las células madre obtenidas de los dientes, conocidas como mesenquimales, son capaces de diferenciarse en células beta, las cuales son encargadas de producir insulina. Por esto y otras de sus características, como su capacidad para diferenciarse en otros tejidos, las células madre han sido ampliamente estudiadas demostrando que podrían ser utilizadas en el tratamiento de la diabetes tipo 1. En términos más simples, esto significa que un paciente podría hacer uso de sus propias células madre dentales para ayudar a crear las células pancreáticas que producen insulina.

Más allá de la diabetes, estos hallazgos promueven la crio-preservación de las células madre dentales como un seguro de vida y su futuro uso en la terapia de implantación de células madre autólogas. Estos resultados no podrían haberse realizado sin el descubrimiento de células madre en los dientes conocidos como de leche, los cuales se pierden entre los 6 y 12 años de edad y que representan una abundante fuente de células madre que gracias a la tecnología, se pueden preservar y cultivar para el futuro.

Actualmente se conocen cinco fuentes importantes para obtener células madre: los embriones congelados, la médula ósea, el tejido adiposo, la sangre de cordón umbilical y la pulpa de dientes. Entre esas cinco fuentes, las dos que se han popularizado más son la del cordón umbilical y la de pulpa dental porque las otras enfrentan dificultades éticas y técnicas. Lo increíble de las células encontradas en los dientes es que su capacidad de autorreplicación, o sea, de clonarse a sí mismas, es mucho mayor que esta misma capacidad de las células madre obtenidas de otras partes del cuerpo, por lo cual las oportunidades de tratar en un futuro cercano enfermedades que en la actualidad no tienen cura, se multiplican.

Actualmente ya existen algunas compañías que se dedican a almacenar dientes sanos que tienen pulpa sana, para poder ser usada en un futuro como fuente de células madre y reparar tejidos dañados. Estos dientes se transportan a un banco de células madre. En 2010, cirujanos mexicanos comenzaron a utilizar células madre, extraídas de la pulpa de dientes sanos, para regenerar huesos destruidos por quistes y tumores malignos.

La primera cirugía de este tipo se realizó en 2010, en el área de Cirugía Maxilofacial, del Hospital Juárez de México, para reconstruir el maxilar de un joven que perdió hueso debido a una enfermedad degenerativa y actualmente se estudia la posibilidad de usarlas para reparación de tejido cardiaco, cartílago y piel.

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Metepec, Estado de México

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