La era de la biología sintética está aquí. ¿Cómo podemos sacarle el mejor provecho?

Estamos entrando en una era del diseño dirigido en el cual ampliaremos la noción limitada donde la biología es solamente el “estudio de la vida y de las cosas vivas” para llegar a considerarla como una plataforma de producción y distribución avanzada (como el bioingeniero de Stanford, Drew Endy, dice a menudo). Este nuevo modo de fabricación nos ofrecerá una personalización y funcionalidad sin igual.

Nuevos alimentos. Nuevos combustibles. Nuevos materiales. Nuevos fármacos.

Ya estamos dando los primeros pasos en esta dirección. Joule Unlimited ha diseñado bacterias para convertir el CO2 en combustibles en un solo paso, en un proceso continuo. Otros están haciendo re ingeniería en levaduras para producir artemisinina, un potente compuesto anti-malaria utilizado por millones de personas en todo el mundo. Otros microbios están siendo reprogramados para producir ingredientes industriales, como los usados en la fabricación de caucho sintético.

Si miramos lo suficientemente lejos, las futuras industrias biológicas descartarán complejas síntesis químicas industriales costosas y complicadas que utilizan altas temperaturas, altas presiones y catalizadores tóxicos a favor de productos bioquímicos más baratos, más eficientes y menos tóxicos.

Vamos a hacer estas cosas, y luego las vamos a exceder. O al menos, esa es una versión (tal vez vergonzosamente optimista) del futuro. Otras perspectivas, tanto pesimistas como realistas, deberían considerarse también. Hay muchas oportunidades aquí: las empresas de billones de dólares que se construirán, los problemas de millones de personas que se solucionarán, los debates éticos críticos que se discutirán en público y las prescripciones de políticas que estarán en escrutinio.

Entonces, ¿cómo debemos ver el nuevo mundo de la biología sintética? Echemos un vistazo.

Los optimistas

Para los optimistas y soñadores entre nosotros, es tentador creer que la biología sintética seguramente introducirá un mundo fantástico de abundancia.

Los optimistas sueñan con una vida más larga y saludable, activada por sistemas inteligentes que diagnostican nuestras enfermedades antes de que aparezcan los síntomas. Anhelan una medicina verdaderamente personalizada. Anticipan curas para las enfermedades genéticas, el cáncer y más allá.

Los optimistas ven la biología sintética como un campo floreciente con un potencial incomparable para el bien humano — potencial que sólo es comparable al de la inteligencia artificial.

Los pesimistas

Los pesimistas y los cautelosos tiemblan silenciosamente en esta perspectiva. Porque nosotros los humanos nos identificamos muy fuertemente con la biología, algunos consideran que la «vida bajo conceptos de ingeniería» es antinatural, poco ética y arrogante.

Los pesimistas se preocupan por cómo la biología sintética afectará nuestro trabajo, nuestro sentido de la humanidad y nuestros ecosistemas. Se imaginan un día en el que los bioterroristas puedan fabricar patógenos sintéticos que pueden sobrevivir, multiplicarse y causar daños deliberados a la humanidad.

A los pesimistas les preocupan las consecuencias no intencionadas. Sienten que el potencial para el uso indebido y el abuso es tan grande que los riesgos de la biología sintética (synbio) superan los beneficios.

Los realistas

Los realistas aparecen en algún lugar entre ambas posturas.

Ven el potencial cambiante del mundo de la biología sintética, pero son conscientes de los obstáculos que deben superarse antes de que empiecen a pasar cosas divertidas. Pueden atribuir al optimista el retrato del futuro, pero nos recuerdan que primero, necesitamos hacer la biología más fácil al ingeniero y al programa. Necesitamos desarrollar estándares para la vida de la ingeniería, abstracciones para el código biológico y maneras mejores de compartir procedimientos experimentales de modo que los resultados confiables del laboratorio puedan ser replicados en laboratorios en todo el mundo.

Los tres están de acuerdo en una cosa: nos estamos moviendo rápidamente hacia la era synbio. Han formado su opinión basándose en este simple hecho. Y están en lo cierto.

El impulso hacia adelante es innegable.

Predecir la trayectoria de la tecnología está plagada de complejidad, pero estamos viendo el movimiento en una serie de diferentes frentes relacionados con la biología sintética.

• El desarrollo del primer lenguaje de programación para células vivas.
• La llegada de CRISPR, una herramienta para la manipulación genética barata y fácil.
• La colosal caída en el costo de la lectura del ADN.
• El surgimiento de IndieBio. El primer acelerador de biotecnología del mundo que está tentando a los postgraduados lejos de la Academia al mundo de la startup.
• La explosión de iGEM. Una competencia anual estudiantil global donde los estudiantes diseñan, construyen y prueban dispositivos biológicos que hacen cosas útiles como los biosensores que filtran el agua potable para eliminar de ella patógenos o metales tóxicos.
• El crecimiento del registro iGEM. Un catálogo creciente de piezas biológicas estándar en las que los ingenieros pueden apoyarse al diseñar circuitos biológicos.
• La formación de biobricks. Que es una plataforma que trabaja para hacer de synbio una ciencia abierta y colaborativa que sirva al interés público.
• Startups como AminoLabs y los Laboratorios Bento que están desarrollando mini-laboratorios fáciles de utilizar, portables, del tamaño de un ordenador portátil equipados para la ciencia verdadera capaces de leer el DNA y cultivando bacterias amistosas para hacer perfumes.
• El desarrollo acelerado ce ciencias de frontera, que está llevando más y más personas a disciplinas técnicas -desde la bioingeniería hasta la programación- para hacerlas más accesibles, más atractivas y menos misteriosas para todos.
• Más allá de esto, el aumento de la atención mediática. Tanto los titulares sensacionalistas como los debates pragmáticos son sintomáticos de la trayectoria ascendente de este campo.

Colectivamente, todas estas tendencias apuntan a un futuro en el que la biología sintética podría ser verdaderamente transformadora en energía, sanidad, manufactura, agricultura y más allá. Pero también ilustran el hecho de que la biología sintética sigue siendo un campo joven.

Aquí es donde los realistas tienen un punto, al cual todavía no hemos llegado, y cuanto más ampliamente disponible y poderosa sea la tecnología, más querremos resolver los retos del camino.

Lo difícil que trabajamos hoy puede determinar si el futuro tiende hacia las visiones inmensamente positivas de los optimistas o de los aterradores resultados imaginados por los pesimistas.

¿Qué necesitamos hacer para aprovechar al máximo la Synbio?

Aquí está algo del trabajo que todavía tenemos que hacer.

• Necesitamos automatizar el proceso de diseño y optimización de cepas microbianas.
• Necesitamos involucrar plenamente al público sobre las implicaciones de estas tecnologías.
• Necesitamos decidir qué aspecto tendrá nuestra nueva relación con la biología.
• Necesitamos explorar qué aplicaciones son aceptables y cuáles no.
• Debemos considerar plenamente los efectos que ciertas aplicaciones synbio podrían tener en temas como la desigualdad y la discriminación.

Al igual que todas las tecnologías de gran alcance, la biología sintética es intrínsecamente una herramienta de doble filo: puede ser utilizada para el bien humano o para amenazar su seguridad irreversiblemente.

Y debido a que la biología está involucrada, existe una amenaza adicional de multiplicación y auto-replicación asociada con ciertas armas biológicas.

Así que sí, hay un enorme potencial, y deberíamos estar entusiasmados con lo que este futuro podría parecer. Y sí, necesitamos a los soñadores y a los expertos técnicos para empujar los límites de lo que se considera posible desde una perspectiva técnica (de una manera segura).

Pero en nuestra búsqueda de un mañana mejor, no debemos pasar por alto ni evadir hoy las cuestiones éticas que son necesarias.

Por: Tobi Ogunnaike

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